LA IMPORTANTE PARTICIPACIÓN JUDÍA EN LA GUERRA HISPANO-CUBANO-AMERICANA DE 1898

Las Guerras de Independencia de Cuba (1868-1878 y 1895-1898) devastaron no solo la economía de la mayor de las Antillas, sino que decimaron su población por las muertes en combate, el hambre y las enfermedades en ese período.

España estaba a punto de perder sus últimas colonias, tras las guerras de independencia en el continente americano: México, Centroamérica y Sudamérica habían logrado independizarse tras las campañas de Bolívar, San Martín, O’Higgins, Morelos, Morazán, Sucre, Santander y otros líderes independentistas (no en ese orden precisamente) a principios del siglo XIX, pero esas guerras habían sido cortas y menos cruentas gracias a las invasiones napoleónicas, la ayuda militar de otros países y el caos interno en España.

Por ese motivo, el primer ministro español, Antonio Cánovas del Castillo, prometió defender las colonias restantes “hasta con las uñas” y envió a Cuba a su cruel y eficiente general Valeriano Weyler, quien mató de hambre a 200 000 a 400 000 civiles cubanos, mayormente campesinos,que había reconcentrado para evitar que ayudaran y se unieran a los insurrectos independentistas. Una cifra espeluznante si se tiene en cuenta que Cuba tenía solamente 1 800 000 habitantes en 1895 y ya había perdido 20% de su población en la guerra. El genocidio de Weyler no le garantizó el control de la situación, y los 53 000 mambises (insurrectos) se enfrentaban exitosamente, armados en su mayoría con machetes, a los casi 200 000 militares españoles bien armados destacados en Cuba.

En Estados Unidos, la prensa divulgó los horrores de la guerra y de los campos de concentración en Cuba, pero el país había salido pocos años antes de la Guerra Civil o de Secesión (1861-1865) y contaba con un ejército reducido, cansado y desgastado. No obstante, declaró la guerra a España en 1898 y enfrentó sus 72 339 soldados junto con los 53 000 insurrectos cubanos a los 261 000 soldados españoles.

Algunos judíos se habían incorporado al Ejército Libertador cubano desde 1895, como el general Carlos Roloff y otros altos oficiales, así como en EE.UU. eran vitales para José Martí y Tomás Estrada Palma las conexiones del abogado del Partido Revolucionario Cubano, Horatio Rubens, pese a que no se permitía la presencia judía en Cuba. Muchos judíos estadounidenses ayudaron a José Martí en la recaudación de fondos para llevar a cabo la independencia de Cuba; por ejemplo, la comunidad judía de Key West (Cayo Hueso), Florida, donó la mayor parte de su dinero a Martí y crearon el Club Isaac Abravanel para ayudar a los independentistas cubanos.

La participación judía norteamericana fue masiva y llegó a su clímax cuando EE.UU. intervino en 1898 en la guerra contra el colonialismo de España en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, con el cuerpo de soldados voluntarios (sí, VOLUNTARIOS) y unos 4500 judíos estadounidenses se unieron como voluntarios a los “Rough Riders” de Theodore Roosevelt y combatieron en Cuba y Filipinas.

Tras la guerra, Cyrus Adler compiló los nombres, grados, unidades de combate y estado de procedencia de estos 4500 judíos en el “American Jewish Year Book 1900-1901 (5661)”, volumen 2, páginas 525-622, que usted puede encontrar online:

www.jstor.org/stable/23600173 .

La motivación de estos miles de voluntarios judíos de EE.UU. fue quizás el recuerdo del antisemitismo español y europeo, la Inquisición, la expulsión y expropiación a los judíos en España y Portugal. Pasarían muchos años para el antisemitismo moderno de los franquistas, anarquistas y comunistas en el siglo XX.

Muchos de estos judíos estadounidenses se asentaron en Cuba tras la guerra y fundaron el primer cementerio y la United Hebrew Congregation en 1906.

Tal fue el horror de la reconcentración de Weyler, que en 1934 Adolfo Hitler dijo a un periodista que implantaría en Alemania ese modelo de control (los campos de concentración) que había conocido que se usaron en 1898 en Cuba y en 1899 en Sudáfrica (por los anglo-Boers), y que así controlaría a los judíos y enemigos de su gobierno.

En Cuba, nadie habla de esto, pero en los años 1960 los Castro reconcentraron (trasladaron a la fuerza y los obligaron a construir algo que parecía aldeas estratégicas a cientos de kilómetros de sus hogares) a más de tres mil campesinos (en su mayoría mujeres, niños y ancianos) de las montañas del Escambray en unos 10 o más “pueblos cautivos” en Pinar del Río y Camagüey, provincias distantes de sus humildes casas en la región central de la Isla, para así cortar la posible ayuda a los alzados anticastristas. Los nombres de algunos de estos nuevos poblados son Sandino, Hatuey, Briones Montoto, López Peña, Mangalarga, Fajardo, Pina, Las Clavelinas, Miraflores, y otros. No es casualidad que el padre gallego de los Castro fue soldado del general Valeriano Weyler en 1898…

Lo demás es historia moderna, más o menos mal contada, en los siglos XX y XXI.

(2020 libro) PARAPSICOLOGÍA E HIPNOSIS EXPERIMENTAL

MOISÉS ASÍS

Segunda Edición Ampliada

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CONTENIDO:

Presentación 7
Breve presentación de la segunda edición
¿Sabía usted esto?
1. Qué es la Parapsicología 13
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(2007 story) MURDER AT 503 LA ROSA

Moisés Asís

Published in English and French in the book by: Achy Obejas (Ed.), Havana Noir
[Brooklyn,NY: Akashic Books, 2007, pp. 179-189].(La Havane Noir. Paris> Asphalte, 2007. pp. 153-163)

What am I going to do? What is it that I’m I going to do? That’s what I keep asking myself over and over as they lead me through the airport.

“We have a problem, sir,” the secretary at the Law School had said. “You can’t take the state’s graduating exam because we found you have penal antecedents, a police record. It’s been more than 20 years, so you can ask that they be erased and then you can take the state exam,” he added in a conciliatory tone.
Of course I knew this; that police record had made a pariah out of me, without the right to study the career of my choice, without the right to seek a better job, or to have any kind of social acceptance. For more than 20 years I’d been walking around, socially and politically castrated, and I’d come to think that the University of Havana would never find out about my past if I just denied it.
“There was a mistake and it’s been rectified,” the legal adviser to the Ministry of Justice said this time, months later. “When you were tried and sentenced, you were a minor and so you should have never had a police record.”
You’re telling me this now, after decades of ostracism, you fucking legal adviser to the Ministry?
But it’s never too late to start again. So I graduated from Law School and decided not to practice, since the profession doesn’t actually allow the defense of those accused of ideological crimes such as thinking aloud, or to accuse crooks with good political connections. I can’t even defend myself. Under what law, and with what proceedings? I think back and I regret that I thought so dismissive of that court-appointed lawyer who didn’t bother to mount a defense for me back when I was 17 years old. Where could he be now? Has he been imprisoned for thinking without hypocrisy, has he deported himself, or has he allowed himself to be debased?

After two or three hours of pedaling my bicycle, sweating my guts out, I can’t find my way home: Night has come too soon, and the stars are on vacation as it rains non-stop on this new moon. For those without direction or hope, there are no sadder nights than those that are moonless. And it won’t matter how much I plead, the moon will not so much as peek.

(2007 cuento) ASESINATO EN LA ROSA 503

MOISÉS ASÍS

[Publicado solamente en inglés y francés
en la antología Havana Noir, editada por Achy Obejas
(Brooklyn,NY: Akashic Books,  pp. 179-189)].(La Havane Noir. Paris> Asphalte, 2007. pp. 153-163)

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¿Qué voy a hacer? ¿Qué es lo que voy a hacer?, me voy preguntando una y otra vez mientras me conducen hacia el aeropuerto. Empezaré de cero.
Tenemos un problema con usted –me había dicho el secretario de la Escuela de Derecho-, usted no puede hacer el Examen Estatal para graduarse de abogado porque hemos encontrado que usted tiene antecedentes penales. Han pasado más de veinte años, usted puede pedir la cancelación de esos antecedentes penales y entonces hacer el Examen Estatal –me dijo muy conciliador y deseoso de ayudarme. Claro que yo lo sabía, esos antecedentes penales me habían convertido en un paria, sin derecho a estudiar la carrera de mi elección y sin derecho a obtener mejor trabajo y consideración social. Durante más de veinte años estuve cargando con esa castración sociopolítica y pensé que la Universidad de La Habana nunca detectaría mi pasado si yo lo negaba.
Se ha cometido un error y ya ha sido subsanado –esta vez me responde, meses después, la asesora legal del Ministro de Justicia. Cuando usted fue juzgado ycondenado era menor de edad y por tanto nunca debió tener antecedentes penales -¿y me lo dices ahora después de décadas de ostracismo, cabrona asesora del Ministro? Pero nunca es tarde para empezar de cero, me gradúo de abogado y decido no ejercer esa profesión que no permite defender a los acusados de delitos ideológicos como pensar en voz alta o acusar a delincuentes con buen credencial político. Ni siquiera soy capaz de defenderme a mí mismo, ¿bajo qué leyes ni procedimientos? Pienso hacia atrás y me arrepiento de haber calificado mal a aquel abogado de oficio que no se molestó en defenderme cuando yo tenía diecisiete años. ¿Dónde estará? ¿Habrá caído preso por pensar sin hipocresía, se habrá autodeportado o habrá logrado envilecerse?

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